Poeta, novelista, traductor y especialista en literatura clásica, el escritor argentino Arnaldo Calveyra (1929-2015) obtuvo una beca de estudio e investigación, gracias a la cual, en los años 60, se trasladó a París. Cuando la dictadura militar le impidió regresar a su país natal, inició una colaboración con Peter Brooks y se hizo amigo de Julio Cortázar, Alejandra Pizarnik, Claude Roy, Gaëtan Picon, Laure Bataillon y Cristina Campo, entre otros. En una película que es a la vez un retrato, un homenaje, un trabajo de investigación y de “puesta en perspectiva”, Mario Daniel Villagra nos invita a recorrer la trayectoria biográfica e intelectual de Calveyra, con el fin de problematizar sus aspectos más significativos, pero también y sobre todo nos invita a reflexionar sobre las potencialidades del dispositivo fílmico, a la hora de reparar los fallos, acomodar los recuerdos y las heridas para que desencadenen una narración “verdadera” y, en la medida de lo posible, “veraz”. En el trabajo de Villagra, es a través de la yuxtaposición que los muchos viajes de ida y vuelta entre el pasado y el presente, entre las vicisitudes individuales y la memoria colectiva, revelan su dimensión más íntima.
“Arnaldo Calveyra, tras sus huellas” (Francia-Argentina 2019, 35′, Tándem prod. — versión con subtítulos bilingüe).

Guido Furci, Maître de conférences en Littérature Générale et Comparée (LGC) à Paris 3, Sorbonne Nouvelle

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